La ceremonia de la cueva nos describe una unión de los Conca’ac con el entorno y parte de una visión de espiritualidad. Los Conca’ac actuales relatan que sus antepasados ingresaban a las cuevas sagradas de la Isla Tiburón para adquirir poderes sobrenaturales. Estas cuevas sagradas tenían pinturas ceremoniales en sus paredes, queriendo decir que la habitaban espíritus. En el camino cortaban ramas de una planta sagrada, y se hacían una corona que se ponían durante el camino. Al llegar a la boca de la cueva, se dejaba ahí la corona en agradecimiento. En caso de no haber hecho la corona, se podía pintar a la hora de salir de la cueva cuatro cruces con un pedazo de carbón. Al ingresar a la cueva se permanecía por un lapso de ocho días, acostado boca abajo sin alimentos, bebiendo únicamente sorbos del té de la planta sagrada.
La persona iba a tener visiones durante estos días, de espíritus que lo visitaban y llamaban, pero debía ignorar la primera y segunda visión, y cuando apareciera la tercera visión ya podía hablar con ellos y escoger algún poder que el espíritu le ofrecía.
Autor: Juan Pablo Almorín Peralta.
Lugar: Punta chueca, municipio de Hermosillo, Sonora.
El seri o como sus hablantes lo denominan: Cmiique iitom, no tiene variación interna, ni similitud con otra lengua, por lo tanto se considera una lengua aislada. La lengua seri, se habla en el Estado de Sonora. Hasta el 2010 el pueblo seri contaba con 795 hablantes de Cmiique iitom.
Heris, heres o seris, era como conocía la administración novohispana, a los conca’ac. Seri fue el nombre con el que la historia oficial los registró. Se cree que el origen de la palabra proviene del término con el que yaquis y pimas se referían a este grupo1.En realidad los conca’ac no eran un grupo en sí, más bien, eran un conjunto de bandas nómadas, integradas por varias familias extensa, cuyos campamentos se movían dependiendo de la existencia de alimento y el agua; Su territorio, por lo menos hasta el siglo XVI, abarcaba gran parte del estado de Sonora. La franja costera que ocupaban, iba de la desembocadura del río de la Concepción, en el norte, hasta el cerro Tetakawi, en la bahía de San Carlos, al sur; limitaba el este con el río San Miguel y al oeste, en el Golfo de California, las islas Tiburón y San Esteban, principalmente, eran parte de su territorio2.
De su origen, solo hay teorías, una de ellas propone que bandas de origen hokano migraron desde el norte de la Baja California hasta tierras continentales en el actual estado de Sonora, gracias al uso de pequeñas balsas, las cuales ocupaban continuamente para cruzar el puente insular .
Autor: Juan Pablo Almorín Peralta.
Lugar: Punta chueca, municipio de Hermosillo, Sonora.
Hasta la década de los sesenta, Edward Moser registro, al menos, seis bandas3:
1. los xica hai ic coii, “los que viven donde sopla el viento verdadero” conocidos como tepocas o salineros que se ubicaban entre Puerto Lobos y Cabo Tepopa
2. los taheöjc concáac, llamados seris o tiburones, que habitaban la costa este de la Isla Tiburón y la franja costera del Canal del Infiernillo
3. los heno concáac o “la gente del desierto” que vivían en la Isla Tiburón
4. los xnaa motat o “los que vienen del sur” que se encontraban en los manglares de las costas de Punta Sargento
5. los xica hast ano coii, “los que viven en las montañas”, que vivían en la isla San Esteban y el suroeste de la Isla Tiburón
6. los xica xnai ic coii, “los que viven donde sopla el viento del sur”, conocidos como tastioteños, que habitaban el área costera comprendida entre San Nicolás y Guaymas.
Distintos procesos los replegaron, modificaron su forma de vida nómada, y por ende, sus estrategias de supervivencia. Procesos de exterminio y despojo mermaron su población drásticamente, provocando que fuera insostenible conservar las divisiones territoriales; el sistema de bandas colapsó y se fusionaron en un único grupo que sobrevive hasta nuestros días. Sin embargo, los conca’ac han sabido conservar su legado ancestral; hoy a pesar de que todas las lenguas indígenas se consideran en riesgo de desaparición, el Cmiique iitom o seri es hablado por la mayoría de los conca’ac; se consolidaron como la nación seri, y han generado nuevas estrategias exitosas de supervivencia, entre ellas, su arte de cestería, que se vende en galerías internacionales y la cría de borrego cimarrón. Estas nuevas prácticas han traído beneficios y nuevas problemáticas, la distribución de los recursos es una de ellas. Pese a todos los obstáculos, es claro que los conca’ac han sabido permanecer, perpetuarse y construirse, a través de siglos, en una región que fue despreciada y luego codiciada, pero que para ellos siempre ha sido valiosa.
1 Rentería Valencia, Rodrigo Fernando, Seris, México-CDI, 2007,p. 5.
2 Ibid., p. 8,9.
3 Ibid., p. 7.
4 Ibid., p. 8.