El hecho de que una frontera internacional fragmente pueblos indígenas está presente en todos los continentes. México —en particular el estado de Chiapas— y Guatemala son protagonistas de este acontecimiento, pues a la frontera política actual la rebasan culturas que no cesan de estar en movimiento, que se manifiestan y reconfiguran de muchas maneras.
La impresionante Sierra de los Cuchumatanes, es la mayor cordillera de Centroamérica, ubicada en Guatemala. Diversos pueblos indígenas habitan la región, entre ellos los q’anjob’ales. La lengua que hablan pertenece a la familia lingüística maya, el Akateko y el Jakalteko son lenguas hermanas del Q’anjob’al o K’anjob’al. En la actualidad también hay q’anjob’ales en México: Campeche, Chiapas y Quintana Roo, ahora también los asentamientos que existen en estos estados constituyen su hogar.
La Sierra de los Cuchumatanes, con su innegable belleza, fue escenario actos atroces que marcaron la historia de Guatemala. Huehuetenango, ubicado en la Sierra de los Cuchumatanes, pertenece a la región conocida como Franja Transversal Norte, una faja que atraviesa Guatemala, colindando con Belice, México y Honduras1. Los vastos recursos forestales, petroleros, mineros, ganaderos, estaban en la mira de intereses de empresas extranjeras y nacionales que tenían vínculos con el gobierno Guatemalteco.
Un hecho emblemático fue la lucha del pueblo Chuj y Q’anjob’al, para hacer frente a una empresa maderera: Chuchumaderas, que con engaños e influencias había logrado entrar en la zona indígena para explotar sus recursos, el pueblo puso resistencia y detuvieron a la empresa. Pero esto sirvió de antecedente para que en la década de los ochenta el gobierno considerara a los pueblos Chuj y Q’anjob’al como “enemigos internos”2. El régimen emprendió actos de represión y muerte en contra de los indígenas, todo esto en el marco de una guerra civil. Muchos q’anjob’ales salieron huyendo de su patria para buscar refugio en México.
En una incursión del ejército Guatemalteco a tierras mexicanas, se reubicaron a los q’anjob’ales refugiados en Campeche y Quintana Roo. Esta es la razón de que estén, actualmente, distribuidos de esta manera. Se habla de alrededor de 9625 hablantes de Q’anjob’al, según el último censo realizado por el INEGI en 2010.
Han hecho de México su hogar, lucharon también por la naturalización y en 2005 la obtuvieron. Ahora son ciudadanos mexicanos, e intentan adaptarse a las nuevas circunstancias, que si bien son difíciles, les permite pensar en un futuro.
1 Solano, Luis. Contextualización histórica de la Franja Transversal Norte (FTN) [en línea], Guatemala: Centro de Estudios y Documentación de la Frontera Occidental de Guatemala CEDFOG “El Corredor”, 2012, p.5.
2 Ibid., p. 26.
Mapa variantes Q'anjob'al
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